FÁBULA DEL MONDEGO
Gran Rey, pues que bajais vuestros oídos
por esa tan humana mansedumbre
al canto pastoril, yo hecho osado
de nuevo moveré hacia la cumbre
del sublime Parnaso mis sentidos,
que dél estaba ya medio olvidado.
El bueno, el alabado
Titiro mantuano
alzando el cantar llano
del campo, nos dejó sobrada excusa
de correr tras su leda ufana Musa
cuando pues como él usa
reconociendo siempre su poder.
ENTRE EL GRAN TAJO Y EL DUERO EL BUEN MONDEGO
(UN TIEMPO MUNDA, TAL ES SU AGUA CLARA)
se espacia por los campos paseando,
salido donde el monte le apretara.
El trabajo vencido entra en sosiego,
y como vencedor va triunfando
adó agora cantando
junta las nueve hermanas
del favor vuestro ufanas
acordadas se mueven, y en concierto
hinchiendo de armonia el aíre abierto
ensalzan vuestro nombre, y subirle han
del cielo al alto puerto,
de tales Reyes por sus obras van.
FRANCISCO de SÁ de MIRANDA, Coimbra, 28 de Agosto de 1481
Gran Rey, pues que bajais vuestros oídos
por esa tan humana mansedumbre
al canto pastoril, yo hecho osado
de nuevo moveré hacia la cumbre
del sublime Parnaso mis sentidos,
que dél estaba ya medio olvidado.
El bueno, el alabado
Titiro mantuano
alzando el cantar llano
del campo, nos dejó sobrada excusa
de correr tras su leda ufana Musa
cuando pues como él usa
reconociendo siempre su poder.
ENTRE EL GRAN TAJO Y EL DUERO EL BUEN MONDEGO
(UN TIEMPO MUNDA, TAL ES SU AGUA CLARA)
se espacia por los campos paseando,
salido donde el monte le apretara.
El trabajo vencido entra en sosiego,
y como vencedor va triunfando
adó agora cantando
junta las nueve hermanas
del favor vuestro ufanas
acordadas se mueven, y en concierto
hinchiendo de armonia el aíre abierto
ensalzan vuestro nombre, y subirle han
del cielo al alto puerto,
de tales Reyes por sus obras van.
FRANCISCO de SÁ de MIRANDA, Coimbra, 28 de Agosto de 1481
